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Rio+20: Una Declaración para Descolonizar la Tierra y el Cielo

Alianza Mundial de Pueblos Indígenas y Comunidades Locales sobre Cambio Climático en contra de REDD+

Después de más de 500 años de resistencia, nosotros, los Pueblos Indígenas, las comunidades locales y las y los campesinos y pescadores y la sociedad civil no nos dejamos engañar por la llamada Economía Verde y REDD+ porque reconocemos el colonialismo cuando lo vemos. Independientemente de los disfraces cínicos y sus mentiras vergonzosas, el colonialismo siempre resulta en la violación y el saqueo de la Madre Tierra, y en la esclavitud, la muerte, la destrucción y el genocidio de sus pueblos. La Economía Verde y REDD+ de Río+20 constituyen un despojo del planeta apenas velado, malvado y colonialista que oponemos, denunciamos y resistimos. Río+20 no es una Cumbre de la Tierra, es la OMC de la Vida.[1]

Así como históricamente la Doctrina del Descubrimiento fue utilizada para justificar la primera ola del colonialismo pretendiendo que los Pueblos Indígenas no tenían almas, y ​​que nuestros territorios fueran “terra nullius”, tierra de nadie, ahora la Economía Verde y REDD+ están inventando similares premisas deshonestas para justificar esta nueva ola de colonialismo y privatización de la naturaleza. Pueblos indígenas y campesinos están siendo asesinados, reubicados forzosamente, criminalizados y culpados de provocar el cambio climático. Nuestra tierra está siendo calificada como “no utilizada”, “degradadas” o “requiriendo de conservación” y “reforestación”, para justificar despojos masivos de tierra para REDD+, proyectos de compensación de carbono y la biopiratería.

Pero, ¿de qué se trata la Economía Verde y REDD+? La Economía Verde es nada menos que el capitalismo de la naturaleza, un esfuerzo perverso de las grandes empresas, las industrias extractivas y los gobiernos para convertir en dinero toda la Creación mediante la privatización, mercantilización, y venta de lo Sagrado y todas las formas de vida, así como el cielo, incluyendo el aire que respiramos, el agua que bebemos y todos los genes, plantas, semillas criollas, árboles, animales, peces, diversidad biológica y cultural, ecosistemas y conocimientos tradicionales que hacen posible y disfrutable la vida sobre la Tierra.

La Economía Verde es el paraguas para todo tipo de maneras para vender la naturaleza, incluyendo REDD+, el Mecanismo de Desarrollo Limpio, el comercio de carbono, el PSA (Pago por Servicios Ambientales), la financiarización de la naturaleza, el Régimen Internacional sobre Acceso a Recursos Genéticos, patentes sobre la vida, TEEB (La Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad), el capital natural, los bonos verdes, los bancos de la Vida y “alianzas” de estados y empresas con pueblos indígenas. Bajo la Economía Verde, incluso la lluvia, la belleza de una cascada o el polen de una abeja se reducirán a una etiqueta con un código de barras y se venderá al mejor postor. Al mismo tiempo, la Economía Verde promueve el “desarrollo sostenible” haciendo un “lavado verde” de las industrias extractivas ambiental y socialmente devastadoras tales como la maderería, la minería, y la explotación petrolera. Nada podría estar más lejos de la verdad.

REDD+, como el comercio de carbono y el Mecanismo de Desarrollo Limpio, es una falsa solución al cambio climático promovida por las Naciones Unidas, el Banco Mundial y los criminales del clima, tales como la petrolera Shell y la minera Rio Tinto, que permite a los contaminadores continuar quemando los combustibles fósiles y no reducir sus emisiones en el lugar de origen. Oficialmente, REDD+ quiere decir Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación forestal. Pero, en verdad REDD+ significa Rápido Enriquecimiento con Desalojos, usurpación de tierras y Destrucción de la biodiversidad. REDD+ constituye un despojo mundial de tierras y una estafa gigantesca de compensaciones de carbono.

Al principio, REDD sólo incluía los bosques y las plantaciones, pero su alcance ha sido ampliado hasta incluir árboles transgénicos, los suelos y la agricultura. Con el tiempo, REDD+ puede tratar a incluir y expropiar toda la superficie de la Tierra, incluyendo la mayoría de los bosques, los suelos, los campos, los llanos, los desiertos, los humedales, los manglares, las algas marinas y los océanos para usarlos como esponja para la contaminación de los países industrializados. REDD+ es también el pilar de la Economía Verde y ha sido celebrado de una forma irreverente como “la parte espiritual medular” del “plan de negocios” que los gobiernos del mundo están escribiendo para el planeta. REDD+ convierte las fuentes de vida de la Tierra en basureros de carbono; convierte el vientre de Nuestra Madre Tierra en tumbas. ¡Pero no vamos a permitir que eso pase!

Tal vez la Economía Verde se llama verde porque ese es el color del dólar, y tal vez REDD+ fue bautizado así porque rojo es el color de la sangre. Pregunta a Olivia Mukamperezida, la madre de Friday, un niño de ocho años de edad, de Uganda, que, según The New York Times, murió cuando su casa fue quemada y más de 22.000 pequeños agricultores con títulos de propiedad fueron desalojados violentamente de una plantación de carbono forestal. Pregunta al campesino Antonio Alves, que fue perseguido, arrestado a punta de pistola y encarcelado durante 11 días por la Fuerza Verde, los guardias armados del proyecto REDD+ de Chevron en Brasil, por talar un árbol para reparar las goteras del techo de su mamá. Pregunta al jefe tradicional Daniel Jiménez del Pueblo Matsés de la Amazonía peruana contra quien levantaron cargos penales por defender a su pueblo de un contrato engañoso de REDD+ que estaba escrito en un idioma extranjero que daba al comerciante de carbono el control total sobre la selva y forma de vida de los Matsés, para siempre. Pregunta al Pueblo Batwa Pigmeo quienes han sufrido servidumbre en la plantación de Carbono Forestal Ibi-Batéké del Banco Mundial, en la República Democrática del Congo. Pregunta al Pueblo Ngaju Dayak de Indonesia que han denunciado el proyecto REDD+ de Kalimantan, porque genera conflictos y viola su derecho al consentimiento libre, previo e informado consagrado en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

Estos ejemplos nos ayudan a no ser engañados por las mentiras vergonzosas y la propaganda burda que tratan de esconder la verdad sobre REDD+. Sabemos que REDD+ no se trata de salvar el clima, ni de proteger los bosques, ni de erradicar la pobreza, ni de la distribución de los “beneficios” ni del empoderamiento de las mujeres. Incluso las propias Naciones Unidas reconoce que REDD+ podría resultar en el “la clausura de bosques”, “pérdida de la tierra”, “conflicto por los recursos”, “nuevos riesgos para los pobres” y “marginar a los sin tierra.”

De hecho, todos los impactos negativos de REDD+ que la ONU había previsto ya están ocurriendo. Por ejemplo, en África, REDD+, los bonos de carbono, los agrocombustibles y los cultivos de exportación, están impulsando grandes despojos de tierra. Además, en vista de que REDD+ ahora incluye plantaciones y la agricultura, las plantaciones ya existentes, así como los agrocombustibles y cultivos de exportación pronto podrían convertirse también en proyectos de compensación de carbono. Los expertos están advirtiendo que tres cuartas partes de la población de África y dos terceras partes de sus tierras están en riesgo de ser despojados y que REDD+ puede crear “generaciones de personas sin tierra.” En África, REDD+ se está perfilando como una nueva forma de colonialismo, de subyugación económica y un impulsor de despojos de tierra tan masivos que podría constituir un despojo del continente.

Mientras tanto, la falta de acción sobre el cambio climático, enmascarado por las falsas soluciones como REDD+, está permitiendo que la temperatura de la Tierra aumente 2° Centígrados o más, lo que efectivamente derrite el Ártico, quema África y ahoga el Pacífico. Nueve países están desapareciendo bajo las olas por el aumento en el nivel del mar en el Pacífico, donde el 90% de la población es indígena. Esto constituye un racismo climático y genocidio cultural a una escala sin antecedentes.

Desafortunadamente, REDD+ afecta a todas las regiones del mundo y todos los sectores sociales. Para las y los campesinos de todo el mundo, REDD+ constituye una contra-reforma agraria y pervierte la tarea de cultivar alimentos a “cultivar carbono”. La llamada “Agricultura Climática Inteligente” no es inteligente, es tonta. Además, las llamadas semillas “listas para el clima” y otras supuestas soluciones climáticas transgénicas son simplemente más intentos de Monsanto, la industria de la biotecnología y el agronegocio para deformar, patentar y controlar nuestras semillas, despojándonos de nuestros campos y convirtiéndonos en peones sin tierra, obligados por contrato.

Si se aplica un análisis de género a REDD+, es claro que REDD+ también constituye una nueva forma de violencia contra las mujeres, porque limita o prohíbe el acceso de las mujeres a la tierra donde cultivamos, recolectamos alimentos y agua para alimentar y quitar la sed de nuestras familias. De igual forma, para los Pueblos Indígenas, REDD+ amenaza nuestra sobrevivencia cultural y es potencialmente genocida debido a que los impulsores de REDD+ quieren expropiar y controlar la mayoría de los bosques y el 80% de la biodiversidad del mundo, que se encuentra en nuestras tierras y territorios. Para las y los pescadores y las comunidades costeras, REDD+ Azul, es decir hacer REDD+ en los mares y aguas dulces, podría limitar profundamente nuestra pesca, así socavando nuestro sustento y forma de vida. En cuanto a los trabajadores, sabemos que los empleos generados por plantaciones tipo-REDD+ suelen ser menos que los prometidos, los salarios bajos y las condiciones laborales raquíticas, el derecho a sindicalizarse frecuentemente violado y el contacto con pesticidas altamente cancerígenos común.

Pero REDD+ no es solamente nocivo para los adultos. Para la niñez, la juventud y las futuras generaciones, REDD+ y otras falsas soluciones al cambio climático, tales como los mega-proyectos como las represas hidroeléctricas como Belo Monte, los agrocombustibles, el carbón “limpio”, la energía nuclear, el gas natural, fracturamiento hidráulico, la nanotecnología, la biología sintética, la bioenergía, la biomasa, el biochar y la geo-ingeniería, ponen en peligro el futuro y la vida tal como la conocemos. En lugar de ayudar a reducir el calentamiento global, ellos envenenan y destruyen el medio ambiente y deja que la crisis climática aumente exponencialmente, lo que puede dejar el planeta prácticamente inhabitable.

No podemos permitir que las falsas soluciones al cambio climático como REDD+ y la Economía Verde destruyan el equilibrio de la Tierra, asesinen a las estaciones, desencadenen el caos del mal tiempo, privaticen la vida y amenacen la supervivencia de la humanidad. REDD+ y la Economía Verde son crímenes de lesa común contra la humanidad y la Tierra. Sin embargo, nos negamos a ser los condenados de la Tierra y a permitir que la Tierra sea condenada.

Haciéndole caso a la sabiduría de nuestros ancianos y a las profecías de nuestros ancestros, lanzamos este llamado de ¡No REDD+! en Rio+20 y los invitamos a unirse con nosotros y sembrar esta semilla en la conciencia de los pueblos del mundo. La Madre Tierra, herida y convulsionándose por las fiebres provocadas por la contaminación, nos está suplicando cambiar de paradigmas. Solo un sendero que:
Rechaza REDD+ y la Economía Verde;

  • · Descolonice la vida, la tierra y el cielo;
  • · Respete los derechos humanos;
  • · Garantice los derechos de los Pueblos Indígenas;
  • · Honre a la Madre Tierra y
  • · Proteja lo Sagrado,

salvará el mundo y nos permitirá lograr el Buen Vivir y crear “el futuro que queremos.”

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