ENERGÍA
El ALCA implica un aumento directo del consumo, y por lo tanto de la producción, de los combustibles fósiles, esto implica un aumento inminente de las emisiones de CO2 sobre las cuales los Estados Unidos no quieren frenos. Muchas medidas previas, en preparación a los acuerdo que entrarán en vigencia en el 2.005, están ya provocando severos impactos ambientales y sociales en todo el hemisferio.
En materia energética se han multiplicado las campañas de exploración de combustibles fósiles. En todos los países se construyen oleoductos y gasoductos, se está explorando a profundidades antes desconocidas y se ha reformado la base legal de las políticas energéticas de todos los países, promoviendo las inversiones extranjeras, la privatización y el aumento de la frontera de combustibles fósiles en zonas boscosas, ecosistemas frágiles y territorios indígenas. El ALCA supone el libre flujo de mercancías y de servicios, y garantiza y amplía los derechos de los inversionistas, permitiendo incluso que las empresas puedan, por ejemplo, demandar a los Estados compensaciones por la reducción de sus utilidades causadas por normativas nacionales como impuestos o legislación de control ambiental o protección social.
Supone subsidios a la industria para la exportación e importación basados en la premisa de poner a disposición de la economía norteamericana combustibles baratos, como son en este caso considerados los combustibles fósiles.
Las propuestas del ALCA no podrán impulsarse si no se garantiza la base energética para ello. Por esto se han avanzado con acuerdos previos en materia energética.
Un mercado común energético expone todos los intentos nacionales de planear y reservar a largo plazo sus recursos energéticos, para someterlos al libre mercado. Se debilitan además todos los esfuerzos nacionales para conservar la biodiversidad y para garantizar los derechos ambientales y los de las poblaciones tradicionales. Al fomentar la privatización de las empresas energéticas nacionales y de la infraestructura construida por los Estados Nacionales, constituye un asalto a la Soberanía Nacional.
En el caso ecuatoriano, la producción de petróleo se duplicará para sostener estas cantidades de petróleo, se extraerá crudo (en su mayoría pesado) de áreas protegidas a ritmos más veloces, y además se impulsara el proyecto ITT, que pretende perforar cientos de pozos en el corazón del Parque Nacional Yasuní.
La explotación intensiva de combustible fósiles prevista por el ALCA agravará los efectos del cambio climático, que en el continente americano se ha manifestado en catástrofes como el huracán Mitch, que arrasó con centroamércia, y las innumerables sequías e inundaciones que afectan permanentemente a toda la región, provocando miles de damnificados y terribles hambrunas.
Sin embargo el Presidente de los Estado Unidos George Bush declaró estar opuesto al protocolo de Kyoto porque cualquier acuerdo afectaría a la economía de los Estados Unidos, hoy la apuesta de los Estados Unidos es el ALCA.
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