TLC: ¿QUE ES EL ALCA?

El proyecto del ALCA fue lanzado en 1994 por el entonces presidente de EE.UU., Bill Clinton. Sus objetivos específicos son la creación de un área de libre comercio que abarque todo el hemisferio para un plazo que puede fluctuar entre el 2003 o el 2005. La negociación del nuevo tratado se ha realizado en secreto desde 1994: la presidencia de las negociaciones alternándose entre algunos de los países de la región.

El concepto del Libre Comercio no sólo abarca el libre flujo de mercancías entre todos los países involucrados, sino también incluye áreas como servicios (provisión de agua, de salud, educación etc.); agricultura, que forman parte no sólo de la cultura sino son la base de la supervivencia de millones de familias de la región; y flujos financieros, que pueden determinar condiciones de privilegio para las inversiones extranjeras.

Todo esto sin que los gobiernos de turno tengan capacidad de formular políticas de protección o apoyo a los mercados internos y a la producción nacional.Una particularidad del ALCA, que le diferencia de otros acuerdos de libre comercio como la Unión Europea o el MERCOSUR, es que se trata de vincular en un sistema único a un grupo de países con condiciones económicas completamente dispares. Si se comparan las cifras de montos de exportación o de Producto Interno Bruto de los países del continente americano, es evidente la hegemonía de los Estados Unidos. La vinculación de los distintos mercados nacionales en condiciones de supuesta igualdad va a beneficiar a las economías más grandes, en perjuicio de los más débiles. El indudable poder político que los EEUU mantienen en el continente está siendo usado para favorecer los intereses de las empresas y capitales que tienen su sede en ese país, como un mecanismo para consolidar su posición a nivel mundial frente a los mercados cada vez más integrados de Europa y Asia.

El ALCA es, en la práctica, la ampliación a todo el continente del Acuerdo de Libre Comercio de Norte América (más conocido como NAFTA), que firmaron primero EEUU y Canadá a inicios de los noventa, y al que luego adhirió México, a partir del 1° de enero 1994. No es una coincidencia que esa misma fecha fuera la escogida por los Zapatistas para el inicio del levantamiento en el estado de Chiapas, que dura ya más de seis años sin que hasta ahora se haya atendido a las demandas de los indígenas mexicanos. Las experiencias de ese país después de la vigencia del NAFTA nos revelan el deterioro de las condiciones laborales, el incremento de la exclusión social y la pobreza, e incluso el encarecimiento de los productos a los consumidores (cuando uno de los supuestos beneficios del libre comercio es el beneficio a los consumidores por mejor calidad y precios más bajos).

La importancia que los Estados Unidos dan a la aceleración de las negociaciones del NAFTA tiene que ver con los sucesivos fracasos de sus estrategias globalizadoras en organismos como el Fondo Monetario Internacional FMI o la Organización Mundial de Comercio OMC. Los numerosos enfrentamientos entre el sistema globalizador y los manifestantes opositores (en Seattle, Washington, Melbourne, Praga, Davos, Porto Alegre y Santiago, Quebec, entre otros), demuestran un proceso de resistencia global capaz de hacer fracasar ese proceso.