El mandato oficial de este grupo de negociación es «reducir las distorsiones del comercio hemisférico y promover y asegurar una adecuada y efectiva protección de los derechos de propiedad intelectual». A través de la «Propiedad Intelectual» se establecen derechos monopólicos sobre los recursos genéticos y conocimientos asociados, que se han compartido libremente generación y generación, de esta manera los microorganismos, y los procesos microbiológicos para la obtención de plantas y animales pueden ser patentados, similar situación ocurre con las semillas, cuyo germoplasma queda reducido al dominio y control de pocas transnacionales agricolas, semilleras y farmacéuticas que imponen el acceso a los productos, tecnologías e «inventos». América Latina mira con preocupación la posibilidad de que el ALCA homologue los derechos de propiedad intelectual según las leyes de patentes del Norte, desconociendo los derechos colectivos de los Pueblos del Sur.
La pregunta básica es ¿a quién pertenece el conocimiento? Por ejemplo, muchas veces las empresas utilizan conocimiento tradicional de los pueblos ancestrales de América Latina para sacar sus «invenciones». En otros casos la sangre de pueblos originarios ha sido literalmente robada para examinarla bajo sus posibilidades comerciales. Además, la enorme biodiversidad de América Latina es vista como una fuente inagotable de patentes con fines comerciales, pasando por alto acuerdos internacionales como el Convenio de Biodiversidad e incurriendo en casos de “biopiratería”.
© 2020 Acción Ecológica
Desarrollado por NIDO Interactive.