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2da Serie sobre Desastres – No. 1: Sobre ciclones y ríos voladores

Desde finales de febrero, Ecuador sufre varios desastres relacionados con las condiciones climáticas. Por un lado, el paso por el litoral del ciclón tropical Yaku ha dejado una secuela de daños y numerosas muertes[1] debido a los vientos huracanados, lluvias torrenciales, inundaciones, deslaves. En esta parte del Pacífico son inusuales los ciclones (los últimos reportados fueron en 1983 y 1998), sin embargo su gravedad e impactos se han incrementado debido al cambio climático, por lo que ya no deberían ser considerados desastres naturales.[2]

Por otro lado, en la Sierra, las prolongadas lluvias y bajas temperaturas de las últimas semanas no se relacionan con el ciclón Yaku, pero sí con las masas húmedas que llegan desde la Amazonía y que vienen desde Brasil. Son masas de agua en forma de vapor, comúnmente llamadas «ríos voladores», que se producen por la evapo-transpiración de los bosques amazónicos. Luego de chocar con los Andes, regresan a la Amazonía y son claves para la producción agrícola y la vida de millones de personas en toda la región.

Con el aumento de la temperatura en el planeta, la cuenca amazónica tiene cada vez más evaporación y está secándose, lo que, en pocas décadas, probablemente la convertirá en una sabana. Así, mientras más calor haga en la Amazonía, más copiosos serán los “ríos voladores”.Esta situación se ve agravada por los incendios y la deforestación para monocultivos, la ganadería extensiva, la minería a gran escala o la construcción de carreteras.

Lo que está ocurriendo en el Ecuador coincide con advertencias que se señalan en el 6to informe del Grupo de Trabajo II del IPCC:[3] los impactos y vulnerabilidades relacionadas con el cambio climático aumentan cada año. En este escenario, Ecuador es uno de los países más vulnerables a los impactos del calentamiento global y uno de los menos preparados para enfrentarlos. En cien años, la cuenca del Río Guayas podría desaparecer debido al aumento del nivel de los océanos provocado por el deshielo de los casquetes polares; no habría agua para el cultivo y consumo humano por el deshielo de los glaciares; o las enfermedades tropicales podrían afectar la vida de muchísimas más personas…

Pero, aunque el IPCC describe muy bien la cruda realidad, parece no entender que la solución no está en los planes de “emisiones netas cero”, las compensaciones de carbono, menos aún en los planes de masificación de tecnologías para remover el dióxido de carbono. Estas son propuestas demasiado riesgosas y no sirven para combatir el cambio climático, sino que lo agravan.[4] Son falsas soluciones que a partir del Acuerdo de París se están masificando, con serios problemas para la naturaleza y los pueblos, principalmente en el Sur, donde se perpetúa el extractivismo petrolero y minero y la dependencia a los combustibles fósiles. En la jerga climática, estos planes nefastos corresponden a la “mitigación al cambio climático” e incluyen compensaciones, mercados de carbono, REDD+, Soluciones Basadas en la Naturaleza-NBS, metas de Emisiones Netas Cero, remoción de carbono, y otras; “mitigación” que, en instancias oficiales, siempre está acompañada del concepto de “adaptación” al cambio climático.

¿Qué significa “adaptación”, cuando nos encontramos ante catástrofes climáticas, extinción masiva de especies, o el irreversible deshielo de los glaciares? ¿Cómo pedir a los millones de personas desplazadas, a las que pierden sus viviendas por inundaciones, o que ya no pueden sembrar debido a las sequías que se “adapten”?

En nuestro país existe el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PLANACC),[5] ejecutado por el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE) con apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y financiamiento del Fondo Verde para el Clima (GCF). La Plataforma sobre Adaptación al Cambio Climático muestra información de los proyectos que se estarían ejecutando,[6] con presupuestos de varios millones de dólares.

En un contexto de desastres climáticos que vienen manifestándose desde hace décadas, los planes de “adaptación” del gobierno son extemporáneos y enfocados en una gobernanza climática y diagnósticos de situación. Además, es contradictorio que este Plan de Adaptación al Cambio Climático, sea presentado al mismo tiempo que se promueve la minería en páramos, se entrega copiosamente agua para la agroindustria de exportación, y sueñan con duplicar la extracción de petróleo, principal causa del cambio climático.

En ningún momento el Plan abre opciones de participación amplia para debatir sobre cómo enfrentar el cambio climático desde sus raíces o hablar sobre “adaptación” con enfoque plurinacional. Los pueblos y nacionalidades indígenas y los sectores campesinos organizados tienen mucho que decir y aportar, por su relación con los territorios, la tierra y la naturaleza.

Tampoco se ha debatido públicamente sobre la posición del Ecuador en las negociaciones climáticas, por ejemplo, respecto a las pérdidas y daños por el cambio climático, y quiénes deben pagar.

El país debe reposicionar el reclamo y resarcimiento de la deuda histórica y ecológica que tienen los países del Norte con el Sur por los impactos ocasionados. Esto posibilitaría un camino de cambio profundo e integral.

Además, la propuesta de dejar el petróleo en el subsuelo, que nació en Ecuador y ha sido acogida por los movimientos de justicia climática en el mundo, abrió un proceso de transformación cuya tutela debe estar en manos de los pueblos, porque lo que está en juego es la vida y este es un camino certero para defenderla.

ACCIÓN ECOLÓGICA
17 de marzo 2023

REFERENCIAS


[1] El Universo. “18 fallecidos, 14.000 personas afectadas y 7 cantones en emergencia provoca hasta el momento el invierno en Ecuador”. 15 de marzo de 2023. https://www.eluniverso.com/noticias/ecuador/muertos-invierno-ecuador-2023-nota/

[2] ACCIÓN ECOLÓGICA. Serie Desastres. https://www.accionecologica.org/category/aeopina/serie-desastres/

[3] IPCC. Climate Change 2022: Impacts, Adaptation and Vulnerability.

https://www.ipcc.ch/report/sixth-assessment-report-working-group-ii/

[4] Un ejemplo de estas tecnologías de remoción (removal en inglés) de CO2 es la BECCS. Se puede leer más en el sitio de ETCGroup: https://es.geoengineeringmonitor.org/wp-content/uploads/2022/02/01-beccs-Formado-FINAL.pdf

[5] MAATE. PLANACC. https://www.ambiente.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2023/02/PNA_Plan-Nacional-de-Adaptacion_2023_2027.pdf

[6] https://adaptacioncc.com/programas-proyectos/mapa-interactivo

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