Agenda ecologista para la transición #10: Soberanía hídrica: ríos libres, ríos sanos, pueblos libres

En Ecuador se sufre, en general, de una mala calidad del agua. Sólo en la parte sur de la Costa, en la Sierra centro y en unas pocas regiones de la Amazonía norte tienen buena calidad del agua.

Lo cierto es que en Ecuador, la mayoría de los 682 ríos principales y los 75 lagos más grandes están contaminados por aguas residuales domésticas urbanas no tratadas, por los residuos líquidos industriales, entre los que se encuentran los mineros, vertidos por la aplicación de fertilizantes sintéticos, plaguicidas y otros agrotóxicos.

A esto hay que sumar las más de cien centrales hidroeléctricas existentes y más de doscientas adjudicaciones de agua para hacer hidroenergía, que han taponado, desviado, trasvasado, roto el ciclo natural de los ríos y que están agrandando la brecha de la inequidad e injusticia en el reparto y distribución de las aguas.

El agua tiene que dejar de ser una mercancía, dejar de considerarla un “recurso”, o llamarla un bien (puesto que esta denominación permitiría su apropiación, mercantilizarla, privatizarla y hasta financiarla), y dar paso a ser reconocida como lo que es: un derecho humano. Así como ya lo estipula el Art. 12 de la Constitución del Ecuador. Así mismo, en el capítulo de los derechos de la naturaleza, el Art. 71 habla de la “no alteración permanente de los ciclos naturales” y el Art. 72 de la “reparación integral”; mientras que, el Art. 73 dicta que “El Estado aplicará medidas de precaución y restricción para las actividades que puedan conducir a la extinción de especies, la destrucción de ecosistemas o la alteración permanente de los ciclos naturales.”.En muchos lugares del mundo los pueblos llaman a los ríos, “madres”, “padres” o “hermanos”, y son sustento de la vida y la fertilidad. La esencia del río es su fluidez y su dinámica, el estar siempre cambiando, haciendo su lecho, depositando limo y otros elementos, buscando un nuevo curso, desbordando sus orillas, secándose, dando enseñanzas siendo generoso. Los ríos están vivos. Los ríos están integrados y son parte de los territorios y los grandes momentos históricos de la humanidad se han dado junto a los ríos.Pero, ¿qué proponer para tener ríos sanos, limpios, seguros, saludables, soberanos, libres y proteger a pueblos ribereños? En este sentido proponemos:Acciones técnicas

  • Reconocer a los ríos como sujetos de derechos y deben ser tratados como personas.
  • Reconocer la relación indisoluble entre los pueblos y los ríos, los mismos que están ligados a sus prácticas cotidianas y construcción de sus identidades En las comunidades ribereñas se han organizado las vidas según las reglas que tienen los ríos y viceversa.
  • Es necesario conocer cuál es la situación del agua, de los ríos, de sus fuentes de origen y de las cuencas hidrográficas; cuáles son las propuestas de la gestión del agua de ordenamiento territorial desde las instituciones y cuáles son las propuestas desde las comunidades, como el ojo de agua, la vertiente, la microcuenca, la cuenca, el barrio, el recinto, la comuna y de los usuarios del agua comunitarios organizados.

Patrick Mc Cully en su libro los “Ríos silenciados” sostiene, acertadamente, sobre la gestión del agua: “Cualquier estrategia razonable de manejo del agua dulce debe tener como objetivo un río saludable que esté lo menos contaminado posible, que sustente una amplia diversidad de formas de vida y que pueda inundar de acuerdo a su comportamiento natural.” Pero, para que un río sea saludable necesita una cuenca saludable, con mantenimiento, restaurando las cuencas con bosques, humedales y suelos sanos, reduciendo las inundaciones repentinas perjudiciales y el riesgo de sequías y la erosión del suelo.

  • Para proteger, restaurar y reparar los ríos hay que tratar a las cuencas integralmente, con cuidado y respeto. Pensar a nivel de cuenca significa concebir a los ríos dentro de un complejo y dinámico sistema de tierra, agua, biodiversidad y culturas. Si se altera una parte del conjunto, al final, afectará a todo el conjunto. En consecuencia, cuidar a los ríos significa cuidar el agua, el suelo, el ecosistema, el aire, y proteger los derechos de los pueblos que lo cuidan y viven con él.
  • Prácticas y ciencias como la agricultura orgánica y biológica o la permacultura entre otras, garantizan la producción de alimentos, forrajes, fibras, agua y seguridad en caso de crecidas. Al mismo tiempo sostienen la salud de los ríos y los procesos organizativos locales fuertes y solidarios.

Acciones políticas de resistencia legitimasPensar en las cuencas significa dejar de lado las expresiones y conceptos como “controlar” y “dominar” ríos “salvajes”, “descontrolados” y “degradados”: nadie puede “controlar”una cuenca. Para esto se requiere reconocer y respetar la complejidad de las interacciones de la tierra, el agua y la atmósfera y los pueblos. Significa adaptarse a esta complejidad en lugar de realizar esfuerzos contraproducentes para intentar controlarla y simplificarla. También significa respetar la diversidad de las diferentes cuencas y de las comunidades humanas y naturales que las habitan. En este sentido, para que puedan existir pueblos sanos y libres y ríos sanos y sin represas, proponemos:

  • Promover y fortalecer formas de organización participativa y autónoma, con procesos y mecanismos de toma de decisiones propios, orientados por el consentimiento libre, previo e informado con la plena participación y decisión de sus miembros de acuerdo a sus formas organizativas propias.
  • Esto significa replantearnos relaciones de igualdad, complementariedad y colaboración entre las personas, las sociedades y la naturaleza. Respetar los territorios, la autodeterminación, la diversidad cultural y natural, las formas de vida de las nacionalidades y pueblos indígenas, montuvios, negros, comunales y de campesinos, pescadores.
  • Redistribución equitativa de las tierras para que la gente sin tierras no se vea obligada a intervenir en las áreas de bosques, páramos y zonas de recarga hídrica y, al contrario, se conviertan en guardianes comunitarios frente a proyectos extractivistas y de represas.
  • Exigir el pago por la deuda ecológica y el lucro cesante ambiental, cuyos recursos deben ser direccionados hacia un fondo para el cuidado de las cuencas hidrográficas, por fuera de la compensación de servicios ambientales.
  • Conservar y defender los derechos de la naturaleza; garantizar el sumak kawsay para las actuales y futuras generaciones haciendo un camino hacia la soberanía hídrica, y descentralizada.

Acciones jurídico legal:

  • Exigir fiel cumplimiento de los artículos: 12, 71,72,73, 74, 411 y 412 de la Constitución del Ecuador, que tienen que ver con el derecho humano al agua, los derechos de la naturaleza, la conservación, recuperación y manejo integral de los ríos, cuencas hidrográficas y caudales ecológicos asociados al ciclo hidrológico.
  • La prohibición de toda actividad que pueda afectar la calidad y cantidad de agua, y el equilibrio de los ecosistemas, en especial en las fuentes y zonas de recarga de agua. Así mismo, la gestión ambiental para garantizar el cuidado y protección del agua con un enfoque ecosistémico y plurinacional.
  • El respeto de los derechos de las comunidades afectadas o amenazadas, mediante la negociación de acuerdos legalmente vinculantes.
  • Asegurar el consentimiento libre, previo e informado de los pueblos y nacionalidades y usuarios del agua y que habitan las cuencas hidrográficas.
  • Retirar los temas del agua potable, riego, saneamiento de todos los acuerdos de libre comercio como los TLC y la OMC, así como de formas de economía verde como son los servicios ambientales a través de mecanismos de compensación.
  • Las personas y organizaciones usuarias del agua pueden y deben hacer acciones constitucionales de protección de revisión, recursos de amparo, propuestas de leyes y ordenanzas para el cuidado protección y reparación integral de los ríos y las cuencas hidrográficas.
  • Debe desarrollarse jurisprudencia en derechos bioculturales en relación a los ríos y las cuencas hidrográficas.
  • Se debe aplicar la prelación constitucional de que el uso prioritario es el de las personas y comunidades, por sobre los industriales o extractivos.

Consideramos que las distintas acciones: técnicas; políticas de resistencia legitimas; así como las acciones jurídico-legal, deben ir de la mano con la plena participación y decisión de las comunidades locales usuarias de los ríos de las cuencas hidrográficas.

Acción Ecológica

30 de Julio 2020

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