Reporte de la investigación de los impactos de las fumigaciones en la frontera ecuatoriana
Adolfo Maldonado y otros, Acción Ecológica. Junio 2001
Las fumigaciones que tuvieron lugar con motivo del Plan Colombia, en su primera etapa comenzaron en la región del Putumayo del 22 de diciembre del 2000 hasta el 28 de enero del 2.001 y se fumigaron de 25.000 a 29.000 hectáreas, según el Summary Counternarcotics Operations in Putumayo de la Embajada de los Estados Unidos en Colombia. Las fumigaciones se realizaron con Roundup-Ultra, el cual contiene glifosato y POEA en su formulación comercial.
Adicionalmente se ha añadido Cosmoflux 411F para que actúe como surfactante.Contrariamente a la información de que el glifosato es prácticamente inocuo como afirma Monsanto, empresa que produce el Roundup, numerosa información ha saltado a las páginas de los periódicos denunciando sus efectos contra la salud por lo que esta empresa fue forzada por una corte de Nueva York a retirar la afirmación de que el producto era “sano, no tóxico e inofensivo”(London Observer).
Varios reportes hablan de que poblaciones indígenas de Colombia habían sufrido náuseas, sarpullidos y problemas estomacales después de que los aviones fumigaran sobrevolando sus comunidades(London Observer). Campesinos del Río Blanco de Sotar, Colombia, denunciaban también quejarse de vómitos, nauseas, mareos, sarpullido, problemas de la visión y dolores de oído y estómago (Hoy, Quito, 9/jul/00).
Otros informes reportan que el glifosato es el tercer plaguicida que provoca más problemas de salud entre los trabajadores rurales de California: “su aplicación produce fitoestrógenos en las verduras, que actúan como las hormonas en los mamíferos y podrían causar graves alteraciones en el sistema reproductivo”(Hoy, Quito, 24/jul/00).
Esta información aparecía en la prensa junto con la preocupación campesina de que las inminentes fumigaciones pudieran afectar su producción y con las declaraciones tranquilizadoras (o irresponsables) de la embajadora de Estados Unidos en Ecuador, Gwen Clare que manifestaba: “el glifosato tiene los mismos efectos de la sal común o la Aspirina y es menos dañino que la nicotina o la vitamina A y se lo usa en la mayoría de sembríos del mundo y hasta en los jardines”.
Esta afirmación política contrasta con la científica del Dr. Marco Alvarez del Ministerio de Salud Pública, quien afirma que la exposición al glifosato causa irritación de las mucosas, alteración de la sangre, disminuye el contenido de oxígeno y produce cambios neurológicos que impiden la contracción de los músculos.
Además, “tiene la capacidad de aumentar la concentración de CO2 en el suelo, lo que a su vez, origina el aumento de las bacterias nitrificantes que transforman los nitritos a nitratos. Esos nitratos generan nitrosaminas, sustancias cancerígenas que tienen la primera probabilidad de producir cáncer gástrico”(Hoy, Quito, 13/sep /00).
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