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¿Quién gana con la agricultura de carbono?

Por Silvia Ribeiro/ septiembre 2022

Con la crisis climática, una nueva frontera empresarial es la conquista de suelos y tierras agrícolas para usarlos como sumideros de dióxido de carbono. Es también otra forma de controlar a campesinos y agricultores y una amenaza a la soberanía alimentaria.

Las mayores empresas globales en agricultura y alimentación han establecido programas para este fin, al que llaman agricultura de carbono. Por ejemplo las de semillas y agroquímicos como Bayer-Monsanto y Corteva, de fertilizantes como Yara y Nutrien, de maquinaria como John Deere incorporaron a sus plataformas digitales formas de enrolar e incluso pagar a agricultores, para que hagan cambios que puedan ser clasificados como agricultura que secuestra carbono.

No es que de pronto les haya entrado conciencia social, ambiental o climática, es otra forma de aumentar sus ganancias. Explico en otro artículo (Colonialismo climático) que la limitada suma que pagan a quienes cuidan bosques y campos, es porque sus actividades pueden generar créditos de carbono, que luego las empresas pueden vender por muchas veces el valor pagado inicialmente. Además, justifican seguir con sus actividades contaminantes, por lo que mantienen y aumentan el caos climático

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