Acción Ecológica Opina
Las Naves, cantón de la provincia de Bolívar, tiene una historia milenaria; prueba de ello son los restos arqueológicos como vasijas y otros utensilios encontrados en excavaciones realizadas en varios sectores del nor-occidente de esta provincia. Esta zona estuvo habitada por culturas como la de los Chimbos, dedicados a la caza, la pesca y la agricultura.
Actualmente es una zona dedicada a la producción de naranjas, café, cacao, maracuyá, arroz, maíz, para satisfacer la soberanía alimentaria de nuestro país.
Si nos referimos específicamente a la naranja, es importante señalar que el Ecuador es autosuficiente en la producción de esta fruta. En zonas subtropicales de la Sierra, la producción anual de naranjas es de unas 51.000 toneladas, principalmente en cuatro cantones de la provincia de Bolívar, en las que se cultiva más del 60% de las casi 127 mil toneladas de naranjas que consumió el país en 2022.
Según el Ministerio de Agricultura y Ganadería, en este territorio están 10.500 de las 50.000 hectáreas cultivadas con naranjas. Esto equivale el 21% de la producción. Los cantones Las Naves, Balsapamba, Caluma y Echeandía son los mayores productores de este cítrico.
En 2020, año de la pandemia, los naranjeros del subtrópico de Bolívar dotaron de naranjas al país, cuando hubo una gran demanda pues la población estaba preocupada por cuidar su salud y elevar sus defensas.
Sin embargo, un peligro se cierne sobre Las Naves y Echeandía: la minería.
Ahí se encuentra el proyecto minero Curipamba, que alberga el depósito El Domo. Se trata de un proyecto de oro, cobre y zinc que cubre 215 km² un área más grande que todo el cantón Las Naves, que tiene una extensión de 148,82 km2.
En la empresa Curimining, Salazar Resources tiene una participación del 25% y Adventus Mining del 75%. Ambas empresas trabajan de manera conjunta en otras concesiones mineras del Ecuador.
En Las Naves ha habido mucha oposición de la población, especialmente después del Decreto Ejecutivo 754 de Guillermo Lasso, emitido en mayo de 2023, que faculta al Ministerio del Ambiente a realizar consultas ambientales en las áreas de influencia de proyectos mineros, para luego recibir la licencia ambiental. Desde entonces se han dado procesos de consultas ambientales con presencia de la fuerza pública, desatando una fuerte oposición en zonas como Las Naves (en Bolívar) y Palo Quemado (en Cotopaxi), y la criminalización de varias personas defensoras de derechos humanos y de la naturaleza.
El 22 de mayo de 2024, cinco campesinos y un profesor criminalizados por su defensa de la naturaleza de Las Naves y el subtrópico bolivarense, pidieron a través de una rueda de prensa que se revoque la sentencia y se reconozca la legitimidad de su lucha en defensa del agua libre de contaminación. Ellos llegaron a Quito cargados de plátano, yuca, guanábana, café, cacao, choclo, papaya, limón, orito, zapallo, que producen en su tierra, especialmente naranjas. Lo único que quieren es vivir en paz y poder seguir produciendo los frutos que nos han alimentado desde hace tantos años.
Resulta irónico que se quieran destruir las principales zonas productoras de naranja del subtrópico andino ecuatoriano, mientras aumentan las importaciones de naranja del exterior.
Cada vez importamos más naranjas de Estados Unidos, Chile y ahora España; mientras las tierras donde estas deliciosas frutas deberían crecer, están destinadas a ser sacrificadas para la extracción de minerales (oro, cobre y zinc), hacia mercados internacionales desconocidos.
Las naranjas desaparecen, los minerales se van.
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