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PARA PENSAR Y ACTUAR LOCAL Y GLOBALMENTE

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La crisis ambiental expresada en el calentamiento global, ha puesto al planeta en su conjunto bajo amenazas definitivas, y con ello ha puesto a la humanidad bajo amenazas definitivas, sin embargo son los pueblos y comunidades del Sur quienes están recibiendo la peor parte.  Sin embargo, ciertas “soluciones” desatadas en los últimos tiempos para supuestamente resolver el calentamiento global, han surgido en el marco de las relaciones de poder en que se dieron lprecisamente os mayores problemas ambientales. En consecuencia, estas “soluciones” son  formas recicladas de poder seguir haciendo lo mismo o encontrar nuevas oportunidades de negocio.PARA PENSAR Y ACTUAR
LOCAL Y  GLOBALMENTE

Cecilia Chérrez, Acción Ecológica

Actualmente es imperativo que nuestro país, inserto en un proceso constituyente, se plantee varias acciones y líneas fundamentales de reflexión y acción en el ámbito internacional, desde una posición soberana y estratégica, construyendo alianzas sur-sur frente a problemas ambientales como los siguientes:

– enfrentar el cambio climático desde una posición de responsabilidades diferenciadas,
– impulsar la restauración y reparación ambiental de aquellos ecosistemas que han sido severamente deteriorados por aplicación de políticas, planes y programas impuestos principalmente desde instituciones internacionales controladas por las grandes potencias.  Esto, como medio para recuperar niveles de productividad y bienestar de comunidades rurales y de la población en general
– apostar a la Prevalencia de los derechos ambientales frente a los de comercio e invesión
– actuar en base al Principio de Precaución frente a las nuevas tecnologías, como los transgénicos y la nanotecnología, entre otras
– enfrentar las políticas que buscan globalizar la dependencia  alimentaria como arma de control político y uno de los más jugosos negocios, desde una posición que garantice la defensa y el fortalecimiento de la soberanía alimentaria y proteja prioritariamente la producción agrícola familiar y comunitaria
– luchar contra la mercantilización de la vida, actualmente en boga, a través de afirmar la soberanía nacional y los derechos comunitarios sobre la biodiversidad agrícola y silvestre, amenazadas una y otros, por el sistema de derechos de propiedad intelectual y mecanismos como el de la venta de servicios ambientales

La crisis ambiental expresada en el calentamiento global, ha puesto al planeta en su conjunto bajo amenazas definitivas, y con ello ha puesto a la humanidad bajo amenazas definitivas, sin embargo son los pueblos y comunidades del Sur quienes están recibiendo la peor parte.  Sin embargo, ciertas “soluciones” desatadas en los últimos tiempos para supuestamente resolver el calentamiento global, han surgido en el marco de las relaciones de poder en que se dieron lprecisamente os mayores problemas ambientales. En consecuencia, estas “soluciones” son  formas recicladas de poder seguir haciendo lo mismo o encontrar nuevas oportunidades de negocio.

Tomemos algunos ejemplos.

1) El proyecto FACE-Profafor impulsado desde hace más de una década por empresas termoeléctricas de Holanda. Consiste en sembrar plantaciones de pino en los páramos andinos, bajo el argumento de que durante su crecimiento secuestran C02. En el Ecuador estas plantaciones han ocupado 23.000 hectáreas en unas diez provincias. La mayoría de las tierras involucradas en este proyecto son tierras comunitarias indígenas que a causa de las plantaciones de pino perdieron la cobertura propia del páramo y por lo tanto quedaron imposibilitadas para recolectar el agua y generar las vertientes que nutren a ríos y acuíferos. Esto, entre otras nefastas consecuencias.

2)    Otro ejemplo, más reciente, es el plan de EEUU y la UE de masificar las plantaciones de agro-combustibles, principalmente caña, palma aceitera, soya, maíz, en territorios latinoamericanos o africanos, para sustituir una parte de su base energética proveniente de combustibles fósiles.  Académicos de Estados Unidos señalan que la ocupación de casi la totalidad de suelos agrícolas de América Latina con plantaciones de agro-combustibles, sustituiría apenas un 6% del consumo de energía de Estados Unidos. No se necesita mucha imaginación para concluir que este fenómeno ha pasado a ser una de las mayores amenazas a la soberanía alimentaria de los pueblos, paradójicamente en nombre de alimentar a autos e industrias sobre todo en el Norte. Los agro-combustibles son también una grave amenaza a la conservación pues la producción de estos nuevos “commodities”, con gran demanda y poderosos auspiciantes, se expandirían sin límite en zonas de bosques, cuencas hidrográficas y otras zonas frágiles.

Por otro lado, en el marco del debate que se ha encendido rápidamente sobre este tema ya se nos revela una de sus mayores falacias: para obtener etanol de la caña o diesel de la palma, se requieren ingentes cantidades de agua y energía, seguramente de fuentes convencionales, es decir petróleo o gas, que son los que se quieren disminuir. Lamentablemente, el plan Agropecuario y Forestal presentado por el ministro de Agricultura, Carlos Vallejo, se inserta en esta fiebre y anuncia la expansión de 100 mil ha de caña y palma en los próximos cuatro años, para agro-combustibles.

3) Otro caso es el relacionado con los fondos del Mecanismo de Desarrollo Limpio, derivado del Protocolo de Kyoto, para construir en el país hidroeléctricas que generan energía para beneficio de empresas como Pronaca, Supermaxi, Mi Comisarito. Estas empresas reciben junto con la concesión de los caudales de los ríos, el control de las cuencas hidrográficas, con lo cual muchas familias campesinas e indígenas asentadas en estas áreas quedarán sin acceso al agua, en nombre de una energía supuestamente limpia. En ocasiones los fondos MDL están siendo usados a través del canje de deuda con España y acarrean condicionamientos como el tener que contratar a empresas de ese país para la compra de turbinas para algunos proyectos.

Estos ejemplos permiten identificar un elemento clave. Cuando las soluciones son definidas y propuestas por otros, y esos “otros” están movidos por poderosos intereses, nuestros problemas no se resuelven, más bien se agravan. Por el contrario, cuando surgen iniciativas como la de no explotar el petróleo del bloque  ITT, cuya autoría viene del Ecuador profundo y creativo, vemos que efectivamente se aporta con soluciones al cambio climático.

Un segundo punto tiene que ver con la correspondencia que debe haber entre la mirada hacia afuera y la de dentro.  Nuestro país se encuentra en un proceso constituyente que busca cambiar profundamente las causas de la injusticia expresada también en la concentración de los recursos naturales indispensables para garantizar el sustento de las comunidades y del conjunto de la población; o que se expresa en las nuevas formas de latifundio en que se han convertido las concesiones a empresas petroleras, mineras, forestales, hidroeléctricas, con las que se vienen practicando despojos violentos o con engaños, de la tierra y el agua.

La injusticia no sólo se resuelve con mayor re-distribución de la riqueza, es indispensable cerrar la fábrica del empobrecimiento, con un nuevo enfoque sobre lo que se llama desarrollo.

Leonardo Boff, un reconocido teólogo brasileño, afirma que es característica del capitalismo el querer dominar la naturaleza y arrancar todo de ella, y dice que ecología y capitalismo se niegan frontalmente.

En este sentido, quiero llamar la atención sobre varios aspectos que están recogidos en el Planex 2006-2020, que necesitan ser re-considerados pues le apuestan a la misma lógica de desarrollo basado en extraer renta de la naturaleza, debilitar lo comunitario y hacer el juego a los poderes dominantes:

–    adherir al plan IIRSA (o Iniciativa de Integración de la Infraestructura Regional de Suramérica) como propuesta de integración latinoamericana y como referente para la construcción de infraestructura. El IIRSA, conocido también con el nombre de “los corredores del BID” por haber sido diseñados por esta institución, no es otra cosa que la extensión hacia nuestra sub-región, del Plan Puebla Panamá, y esto significa emprender en la construcción de corredores multimodales que enlazan carreteras, puertos fluviales y marítimos, líneas férreas, hidrovías, tendidos de energía, para facilitar la extracción intensiva de recursos naturales y ser llevados a los grandes centros de consumo. Lo cual es comprensible si se recuerda el origen del IIRSA en el año 1994, al mismo tiempo en que se lanzó en secreto el proceso de negociación del ALCA.  Según sus promotores, el ALCA y el IIRSA debían ser inaugurados juntos, en enero del 2005, pues son complementarios.

–    Otro tema es la búsqueda de  transferencia de tecnología de Estados Unidos para el sector agroindustrial. La agricultura expandida en ese país se caracteriza por ir completamente a tono con la noción del mercado, estar basada en el monocultivo, el uso intensivo de agroquímicos, la alta mecanización, y más recientemente, la difusión indiscriminada de semillas transgénicas (razón por la que han luchado por debilitar el Protocolo de Cartagena de Bioseguridad, que no han suscrito como se señala en el Planex). Por otro lado, esta agricultura sería inviable sin el aporte de ingentes subsidios estatales a los agricultores. ¿Cuál puede ser la razón para esperar alcanzar una transferencia tecnológica de este tipo a nuestro país, caracterizado por suelos andino amazónicos donde la aplicación de la revolución verde impulsada por programas de industrialización y sustitución de importaciones, ajuste estructural, modernización y apertura comercial, ha dejado daños severos en términos físicos además de una enorme pérdida en cuanto a sistemas agrícolas tradicionales que se han debilitado profundamente.

–    Otro aspecto preocupante tiene relación con la propuesta de ampliar las exportaciones pues, supuestamente, dinamizan la economía nacional. Este supuesto más que una realidad es una ilusión. El modelo de exportaciones ha invisibilizado y silenciado a las múltiples economías basadas en la reciprocidad y la complementariedad que provienen de los espacios colectivos, comunitarios, talleres, asociaciones, cooperativas, y particularmente el trabajo agrícola familiar sostenido en muchas partes del país principalmente por mujeres, y que sostienen la soberanía alimentaria. Muchas de estas economías ya han sido desmanteladas o están por desaparecer por las enormes presiones ejercidas en nombre de las exportaciones.

Si tomamos el caso de las exportaciones de camarón, la consecuencia directa de este éxito exportador – recordemos que el Ecuador fue por algunos años el mayor exportador de camarón en el mundo- fue la casi desaparición de los manglares, y esto incidió directamente en la vida económica de miles de familias vinculadas a la recolección de mariscos y crustáceos y a la pesca artesanal. El telón de fondo detrás del “boom” camaronero son las concheras desplazadas y violentadas, la pérdida del 70% de uno de los ecosistemas más productivos, la eliminación de los manglares que cumplen la función de protección de las costas frente a la fuerza del mar…  Lo indispensable es recuperar los manglares, devolverles el sustento a miles de pescadores y recolectores de la costa y no dar luz verde nuevamente al sector camaronero!

Desde hace mucho tiempo, el nombre de nuestro país ha estado acompañado de uno o más productos de exportación, en ocasiones hasta su agotamiento: … el país de la canela, del cacao, del banano, del petróleo, del camarón, de las flores, ahora se pretende añadir: de la celulosa y de  los agro-combustibles.  Una aproximación de cuánto espacio es demandado por algunos rubros representativos del modelo de exportaciones nos muestra lo siguiente:

ActividadesSuperficie comprometida  – – 7’823.600 hectáreas-Pueblos y comunidades afectadas
Extractivas de recursos naturales no renovables  
Petróleo (en la amazonía, península de Santa Elena, refinería en Esmeraldas)4’000.000Cofán, Siona, Secoya, Huaorani, Kichwa y comunidades campesinas de la amazonía. Wankavilka y comunidades de pescadores. Comunidades afro en Esmeraldas
Minería 2’800.000  (5’000.000 ha identificadas con potencial minero por el BM desde 1997)Saraguro y Shuar del sur de la amazonía. Chachi en la costa norte. Kichwa de la sierra (Karanki, Otavalo, Karanka, Kañari) y de la amazonía norte
Agro-exportación  
Banano171.000Campesinos de la costa y estribaciones sur y centro de la cordillera occidental
Camarón200.000Comunidades de pescadores y recolectores del manglar en las 4 provincias costeras
Flores    3.300Pueblo Kayambi, Kitu, Otavalo, Saraguro, Salasaca, Kañari, y Kichwa de Napo. Comunidades campesinas en Cañar y Azuay   
Hortalizas (brócoli, espárrago)    3.800Indígenas y campesinos de Cotopaxi, Azuay, Pichincha, Imbabura, Carchi
Frutas (mango, piña, maracuyá, melón)  22.500Campesinos de varias zonas de la costa
Forestal164.000, actual152.000, Plan Forestal               MAGAP3’400.000, hasta el 2030 Comunidades indígenas y campesinas en sierra, costa y amazonía
Agro-combustibles50.000, caña – plan                     MAGAP 207.000, actual, en palma de aceite50.000, palma – plan                        MAGAPCampesinos e indígenas en área de influencia del proyecto de riego Babahoyo – cuenca baja del Guayas-, otras zonas de la costa, zonas cálidas de Imbabura, Amazonía

Con estas consideraciones, proponemos:

Que el papel de la Cancillería sea prioritariamente el fortalecimiento de los derechos humanos y ambientales y su prevalencia frente a los intereses comerciales y de inversiones. En base a ello, liderar un proceso de construcción de alianzas con otros países del Sur igualmente interesados en:
. defender su soberanía alimentaria,
. superar el modelo extractivista y exportador,
. asumir la posición de acreedores de la deuda ecológica y reclamar su reconocimiento,
. impulsar procesos de auditoría de lo negociado y entregado en instancias como la OMC para establecer responsabilidades, sanciones y resarcimientos

Hace una década y media, mucha de la conciencia ambiental que se expresaba alrededor de lo que fue la Cumbre de Río de 1992, se identificó con la frase “piensa globalmente, actúa localmente”.  Hoy esto no es suficiente. Para responder a nuestra realidad marcada por una serie de megaproyectos con capacidad de provocar daños ambientales a escala global y al mismo tiempo penetrar en cada comunidad y espacio local, y considerando que es en lo local donde se ejerce la resistencia y es el semillero de propuestas fundamentales, haciendo muchas veces posible lo que parecía imposible. Por eso, es necesaria una convocatoria a pensar y actuar local y globalmente en defensa de la naturaleza y la comunidad, claves centrales para recuperar la historia y el papel de los pueblos en ella.

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