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Extractivismo, pandemia y otros mundos posibles

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Texto:
Catalina Quiroga Manrique – Antropóloga e Investigadora independiente / Grupo de investigación Cultura y Ambiente, Universidad Nacional de Colombia, Elizabeth López Canelas – Antropóloga e Investigadora independiente / Consejera
para Global Green Grants Fund Latinoamérica, Julia Lima – Coordinadora del programa Mujeres y Territorios FAU-AL
Alejandra Helbein – Oficial del programa Mujeres y Territorios FAU-AL. / Junio – 2021

El extractivismo y el paradigma que lo soporta continúan siendo una amenaza para la pervivencia de las comunidades y la sostenibilidad de los territorios en nuestra región. Las dinámicas que impone dejan cicatrices profundas en los cuerpos y vidas de las mujeres y pueblos. Además de ser un problema de dimensión existencial, que atraviesa la cotidianidad de las personas directamente impactadas, es a su vez, un problema de dimensión global, porque sustenta las lógicas sistémicas de producción y de consumo, que involucran de distintas maneras a personas, comunidades, empresas, gobiernos y organismos internacionales.

La necesidad de repensar las lógicas de poder y de relación con el planeta ya era evidente con las crisis humanitaria, socioeconómica y ambiental en curso, pero que se agudizó con la pandemia del Covid-19. Los efectos de la pandemia fueron y siguen siendo muy diferenciados entre países y grupos sociales, reflejando las desigualdades estructurales
profundamente arraigadas en nuestra región, que marcan diferencias de acceso a servicios públicos de manera general entre la población urbana rural y atravesadas por la clase, raza y género.

En 2016 lanzamos la publicación Extractivismo en América Latina: impacto en la vida de las mujeres y propuestas de defensa del territorio. Allí resaltamos algunos de los impactos diferenciales del extractivismo en las mujeres, como la profundización de todas las formas de violencia en su contra, la precarización del trabajo y las actividades necesarias para el cuidado de la vida, la pérdida de autonomía económica y de la soberanía alimentaria, la vulneración de derechos a la salud y a la participación en asuntos relativos al ambiente y en los procesos comunitarios, el aumento de redes de explotación sexual, la pérdida de identidad cultural y el debilitamiento de roles comunitarios y ancestrales de las mujeres, además del despliegue de múltiples ataques contra la vida e integridad de las defensoras del territorio. Hoy, 5 años después, lanzamos esta publicación que actualiza nuestro análisis, incorpora el contexto particular de la pandemia del Covid-19 y quiere ser una herramienta útil para quienes enfrentan proyectos extractivos en sus territorios y para quienes les acompañan.

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