EL YASUNÍ ES PARTE DE LA AGENDA DEL LEVANTAMIENTO INDÍGENA
El Yasuní representa para los movimientos sociales una lucha que sintetiza la defensa de la vida de pueblos -particularmente aquellos en asilamiento-, la protección de los territorios, una agenda para una transformación nacional para la salida del extractivismo y la demanda de participación para la toma de decisiones importantes. Cuatro temas centrales que fueron borrados de un plumazo por parte del gobierno.
Después de que el CNE perpetrará lo que ha sido calificado por diferentes actores como un vergonzoso fraude, las enmiendas constitucionales se alistan para eliminar para siempre la posibilidad de nuevas consultas por temas de interés nacional.
La apertura de la frontera petrolera -sobre todo en el sur de Amazonía- y la apertura de la frontera minera, entre otros proyectos destructivos y depredadores, contradicen la demanda construida por los movimientos sociales de salir cuanto antes del extractivismo por los impactos que este tiene sobre la economía del país, sobre la naturaleza, y sobre la vida de los pueblos.
Con precios internacionales del crudo que oscilan entre los 37 y 42 dólares se lo pretende sacar con costos de extracción superiores a estas cifras, lo que supondría abaratar aún más la deficiente tecnología o hacer mayores concesiones a empresas transnacionales, pero sobre todo enterrar lo fue el sueño de los ecuatorianos: “dejar el crudo en el subsuelo” en el bloque 43-ITT como un primer paso hacia un Ecuador pospetrolero. Al no dar paso a la consulta popular por el Yasuní, se enterró también una propuesta de dialogo nacional real y concreto.
Esta fue una demostración de autoritarismo y abuso puesto que no solamente se agredió a quienes promovían la consulta popular, particularmente jóvenes, sino que las diferentes instancias del gobierno hicieron carga-montón para impedirla. Con ello se atacó la esencia misma de la democracia. Las formas de anular la consulta siguen siendo investigadas por diferentes instancias y, de lo que se conoce hasta el momento, la consulta debió darse.
La explotación del Yasuní pretende justificarse por la necesidad de divisas o se apela a un interés general. En otras ocasiones se logró simular que el sacrificio se pedía solo a grupos minoritarios (una comunidad o pocas familias) y esta vez se pidió a todos los ecuatorianos el sacrificio de este territorio. Sin embargo, para el país, esta vez es más claro quienes ganan y quiénes o qué se pierde con esta actividad.
Hay muchas razones para movilizarse por el Yasuní. Quienes estamos pensando en la economía del país, quienes tenemos como prioridad la defensa de los derechos humanos, quienes consideramos que es importante la defensa de la naturaleza en la zona más biodiversa del mundo, quienes defendemos la democracia también tenemos razones para movilizarnos.
ACCIÓN ECOLÓGICA
12 de agosto 2015
Más información: esperanza@accionecologica.org
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