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¡El 2024 cierra con un apagón para la soberanía alimentaria!

Acción Ecológica OPINA

El 2024 fue un año de graves sequías, incendios y apagones. Los ríos estuvieron más secos que en los últimos 40 años. A esto se suma la falta de lluvias y nubosidad, que hicieron que el país se volviera más propenso a incendios. Alrededor de 79 000 hectáreas fueron devastadas por el fuego1.

La suma de la continuidad de las sequías y la persistente deforestación del bosque amazónico afectando el complejo sistema hídrico que alimenta al resto del país, provocó una de las mayores crisis energéticas en décadas, impidiendo el funcionamiento de los complejos hidroeléctricos que generan el grueso de la energía en el país. La corrupción de los gobiernos y su apuesta por explotar recursos y territorios, en un país donde existen todos los medios para construir el bienestar para todos, sigue dejando gravísimas consecuencias y poca visión para una vida en dignidad al futuro.

Las afectaciones son varias, a la falta de electricidad – llegando a cortes de 14 horas diarias- y sus implicaciones para la vida y la economía de la gente, se sumaron los racionamientos de agua sobre todo en Quito por falta de agua en las plantas de tratamiento de agua potable, y se vieron graves afectaciones en la producción de alimentos.

El Observatorio del Cambio Rural (OCARU)2, estima que se afectaron alrededor de 40.000 hectáreas de cultivos de alimentos como papas, café, maíz, hortalizas y frutas; y 16.700 animales por falta de agua, pastizales y producción de leche también sufrieron daños. En el sector agropecuario las pérdidas más graves se dieron en las provincias de la Sierra como Azuay, Cotopaxi y Loja. Un total de 8.621 productores están afectados3.

Esta crisis energética tiene relación con la crisis socioambiental, económica y política, con un irresponsable manejo del Estado de la infraestructura energética y de los presupuestos para garantizar los servicios a la población en un contexto de grave crisis climática que se está evidenciando en varios lugares en el planeta. Los gobiernos le han dado la espalda al campo. Las poblaciones y familias campesinas, indígenas, de pescadores, recolectoras, sobre todo las mujeres son quienes garantizan alimentos, trabajo y el cuidado de la biodiversidad para toda la población y el planeta. Más del 60% de productos que consumimos viene de la agricultura campesina en el Ecuador. Pero para esa mayoría de ecuatorianos no había electricidad, mientras sectores como el agroindustrial accedían a este servicio. Uno de los ejemplos es la agroindustria de la pitahaya para exportación, cuya iluminación no cesó.

La FAO advierte que los cultivos para exportación y la agroindustria, como el banano, la caña de azúcar y otros, concentran casi la totalidad de la demanda de agua, mientras los cultivos de ciclo corto, como los de la agricultura familiar campesina no captan ni siquiera el 50% de la demanda. Aun así, con poco acceso a agua y a tierra, la agricultura familiar campesina emplea al 38% de la población económicamente activa. Se estima que, del total de empleo en el país, el 71% corresponde a la agricultura y la ganadería, mayoritariamente para sustentar la soberanía alimentaria nacional4.

El análisis de Inseguridad Alimentaria Aguda de la CIF (2024), proyecta que, en el periodo de septiembre 2024 a marzo 2025, al menos 2.7 millones de personas estarán en crisis o emergencia de inseguridad alimentaria en el país5.

Estos datos alarmantes y las demandas desde los sectores sociales, campesinos e indígenas arrojan luz sobre lo que debe priorizar el próximo gobierno: la consecución efectiva de la soberanía alimentaria y las garantías para la agricultura familiar campesina y para las mujeres productoras para producir el campo: acceso a agua, tierra, créditos, y apoyos para garantizar la producción campesina, que a su vez es una de las claves para generar bienestar, salud y empleo.

! ¡Un alto al saqueo de los pueblos y territorios! A la explotación petrolera, minera y al agronegocio que atentan gravemente sobre la soberanía alimentaria y el derecho al agua. El Ecuador es un país abundante en diversidad alimentaria y uno de los países más ricos en biodiversidad, las soluciones deben garantizar el cuidado y la defensa de los derechos colectivos y de la naturaleza, ¡existen todas las bases para lograrlo! Solo en territorios sanos podremos seguir desarrollando actividades soberanas y dignas que nos permitan sostener a largo plazo el bienestar y la equidad.

Anexos:

1.https://es.mongabay.com/2024/12/balance-ambiental-ecuador-sequias-amenaza-mineria-ilegal-marcaron-2024/#:~:text=Durante%20el%202024%2C%20Ecuador%20estuvo,hasta%2014%20horas%20al%20d%C3%ADa.

2.https://ocaru.org.ec/la-propuesta-de-ley-organica-animal-loa-y-la-soberania-alimentaria-2/

3.https://www.elcomercio.com/actualidad/quito/sequia-ecuador-obliga-racionamientos-agua-cortes-hasta-12-horas.html?source=Internal&ref=Single+Content+Link

4.https://www.fao.org/ecuador/fao-en-ecuador/ecuador-en-una-mirada/es/#:~:text=M%C3%A1s%20del%2064%25%20de%20la,en%20manos%20de%20peque%C3%B1os%20productores.

5.https://www.ipcinfo.org/fileadmin/user_upload/ipcinfo/docs/IPC_Ecuador_AcuteFoodInsecurity_Jun2024Mar2025_Report_Spanish.pdf

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