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Carta de Andrés Quishpe para AE

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Baltimore, 18 de Octubre de 2017

Queridos compañeros y compañeras:

Hubiera deseado estar aquí, con ustedes, porque mi intención siempre ha sido acompañarles, caminar al lado de ustedes, emulando sus pasos, soñando sus sueños. Pero me fui imposible asistir a este acto. Les ruego, sin embargo, me permitan expresarme por medio de estas palabras escritas desde Baltimore, Estados Unidos.

Expreso mi gratitud por la generosidad de quienes conforman Acción Ecológica, mi alegría por haber sido convidado a esta celebración de 30 años de sueños compartidos, mi esperanza de que esta fiesta convoque a la unidad y a la defensa de la vida, de la comunidad toda, de los árboles que guardan en sus nudos la memoria de nuestros pueblos, de los ríos, la lluvia, los pájaros, las bacterias que nos acompañan desde que llegamos hasta cuando nos vamos del planeta, en fin, toda la vida por la que ustedes y miles de ecuatorianos y ecuatorianas han puesto tanta lucha y tanta energía.

Emerge cada vez con más fuerza el paradigma fundamentado en el amor a la vida. Cada día alguien recoge esa bandera y la levanta, guiado por la sabiduría ancestral, alentado por las voces del viento y la crepitación del fuego.

Urge a la academia recuperar su palabra, asumir con mística los desafíos de una ciencia emancipadora, autónoma, digna, comprometida con las presentes y futuras generaciones. Necesitamos académicas, científicas, científicos apasionados, que no se sometan, que se subleven ante el dolor, la frustración y la desesperanza, la mentira y el cinismo del poder establecido.

No podemos aceptar la supuesta neutralidad, independencia y apoliticismo de la ciencia, para desvirtuar las legítimas luchas de los pueblos por su salud, para enajenar a los jóvenes y transformarles en sujetos no deliberantes. A las academias les corresponde ampliar el horizonte de la ciencia, no solo por necesidad sino por un compromiso con el infinito proceso de desarrollo de los seres humanos, que es también el infinito proceso de renovación y recreación de la Madre Tierra, en una palabra, apostar por la salud y la vida.

Gracias a todos y todas ustedes por estar decididos a impedir que florezca la neutralidad cómplice, por mantener encendida la esperanza que día a día va elevándose en energía, amor y vida.

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