Ivonne Yánez y Camila Moreno
En las últimas décadas, el capitalismo se ha vuelto a reinventar. Por un lado, a través del discurso del desarrollo sustentable y sus ramifi- caciones institucionales, entre las que están la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y sus protocolos, acuerdos y marcos legales; o el Convenio de Diversidad Biológica y sus avances obsesivos para colocar la tercera parte del planeta bajo regímenes de conservación. Pero también, por otro, a través de di- versas formas de expandir el capital hacia nuevas fronteras, con mercancías y mercados inimaginables, para lo cual se requieren más formas de control territorial y máscaras verdes. Esto se acompaña, necesariamente, de un lenguaje de propaganda, confuso, pero que vende y engaña.
El horizonte de la descarbonización articula hoy los diversos ám- bitos del nuevo capitalismo verde, tal como la transición energética, los mecanismos de conservación y restauración vía mercados, así como los nuevos activos digitales. Tres espacios que pueden estar
relacionados entre ellos, pero que no implican una desmaterializa- ción de la economía. De hecho, llevan a un control de tierras y, en muchos casos, a la vulneración de derechos y una prolongación del neocolonialismo. El objetivo de este capítulo es analizar las nuevas caras del capitalismo verde, enmarcadas en el paraguas de la descar- bonización, que permiten a los principales contaminadores reinven- tarse apelando a una retórica supuestamente ecológica. Empecemos con un recuento de las propuestas de descarbonización de la eco- nomía y la transición energética, que son capitalistas y coloniales e implican una imposición imperialista como veremos a lo largo del texto.
*Texto escrito para el libro «Más allá del colonialismo verde Justicia global y geopolítica de las transiciones ecosociales», Miriam Lang, Breno Bringel y Mary Ann Manahan (editores).
Libro completo aqui.
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